Segùn la Real academia española, en su diccionario, la sexta definiciòn de la palabra pozo, dicta así: ¨cosa llena, profunda o completa en su lìnea¨.Una vez màs hace gala el diseñador madrileño de su base clàsica y atrayente.
Sin embargo en esta ocasiòn, presenta un vestuario lleno de pinceladas vanguardistas, con un patronaje sinuoso y asimètrico, cubierto de cortes delicados, que se entretienen en la piel de las modelos.
El maestro crea un efecto visual gracias a el uso del patchwork, cuya definiciòn tiene que ver con el juego de tejidos, colores estampados y materiales que se unen y forman un todo.
Este es el caso: Jesùs se apodera de la tècnica y la hace suya en cada vestido utilizando mezclas de colores tierra típicos de los años 70 y toques efervecentes de azul cobalto o rojo escarlata.
Un estilismo basado en la mujer profesional, seria, responsable pero a la vez divertida: grandes gafas de pasta negra y coleta de azafata en vuelo. Va por los aires asì la colecciòn. con tacones encintados y dando un sentido sutil pero certero a la implementaciòn de maxicollares joya.
En este ambiente de imaginaciòn y poder, la mujer y su feminidad tienen un rol fundamental, no faltan los detalles de sombras en los pàrpados con toques azulados o los labios de rojo iridescente que evocan provocaciòn.
La geometrìa atrevida de los patrones se funde con el efecto visual de las capas sobre capas, tejidos sobre tejidos,fàciles y accesibles: lana, franela, dando matices de un cuadro abstracto, en el cuàl las mujeres son las que marcan la diferencia.
Mucho ingenio y elegancia,bravo Jesùs,transmites un concepto fiel de confort pero con un sello que deja huella, bueno màs bien pozo.
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